BLANCAFORT, Manuel

La Garriga (Barcelona), 1897 - Barcelona, 1987

Nació el año 1897 en La Garriga. Inició su educación musical con su padre (que había establecido en 1905 la primera fábrica de rollos de pianola en España, Rollos Victoria) y con Juan Alius, pilar musical de la citada fábrica, ampliándola posteriormente con J. Lamote de Grignon.

Su entrada en la juventud coincidió con la eclosión del impresionismo, seguido por la aparición de Stravinsky y de los Seis franceses. El entusiasmo juvenil por estas nuevas tendencias comenzó a señalar la dirección de su camino.

A raíz de sus primeras publicaciones en París, el nombre de Blancafort se situó entre los más destacados de la joven escuela española y, más concretamente, catalana. Especialmente la Polca de l’Equilibrista dio rápidamente la vuelta al mundo en sus versiones pianística, orquestal y coreográfica. Con El Parc d’Atraccions demostró su entusiasmo por la estética dels Seis y después, en 1936, con la Sonatina Antiga manifestó su alejamiento del impresionismo para acercarse a una línea más pura y en cierta manera cerebral.

Blancafort parece encontrar su camino definitivo con sus obras posteriores: las obras orquestales (dos Conciertos de piano, la Simfonia, el Preludio, Aria e Giga, El rapte de les sabines, Matí de festa a Puig-Graciós), las obras para piano (Homage to Chaplin) o el ciclo Lírica Catalana (para voz y piano) son manifestaciones de la madurez conseguida y del perfecto equilibrio entre forma y expresividad sin desviarse de su natural y espontánea inclinación por la claridad. «En su posición de músico catalán no ha olvidado la amplitud de nuestro horizonte musical y nos da una obra clara, madura, inteligente y sólidamente estructurada, fiel a la expresión de su personalidad en el orden individual y que, en lo social, representa la síntesis viviente de la cultura musical de Cataluña». (Manuel Valls). Blancafort pretende conseguir una música catalana universal. En este sentido y tal como él decía, se encuentra hermanado con Frederic Mompou, a quien debe el empujón definitivo (1914, a los 17 años) hacia su carrera de compositor.