Crónica de un amor imposible op. 33

• Géneros: Clásica / contemporánea
• Formación: Solo

Hace ya algunos años –en el otoño de 1990- compuse estas piezas. Al escucharlas ahora, cuando las interpreto, vuelve  habitarme, durante el breve espacio de su ejecución, aquel muchacho apasionado que las vivió, tal vez, para crearlas. Y, por unos instantes, usurpa los dedos, suplanta el corazón del que hoy le hospeda en la benevolencia melancólica que conquista al pasado la distancia. Es la música quien me lo devuelve. Porque ella es milagro y niega el tiempo siendo tiempo también, pero distinto, como el tiempo del sueño o del amor. Ya que todo, por humilde que sea, por fugaz, tiene su tempo o música y en él su salvación de eternidad. Como una voz que sólo reconocen los que escuchan su bosque y lo comprenden: es decir, los que aman.

Cada ser, cada cosa, cada historia, emiten su secreta melodía y por ella podemos tomarlas del cabello y arrastrarlas hasta la actualidad, desde el recuerdo, como estrellas asidas por su mechón de luz. Esto que siento ¿es vida o es memoria? ¿Será quizás que todo, si suena, permanece? Veo cada secuencia y, al sentirla, sonrío. Con ironía miro a aquél que entonces fui, a los que entonces éramos. Contemplo nuestros gestos con toda la indulgencia que los años conceden, con esa comprensión, defendiéndose en burla de su propia ternura, que esgrimen, con frecuencia, los buenos perdedores. Esos que siempre apuestan contra la realidad y se juegan la vida y el alma en la partida para ganar, tan solo, su deuda de canción cobrada a la madera. ¿No serán estas notas la moneda intangible de los desposeídos? ¿La imposible rapiña de sus acreedores? ¿Qué podría acallar aquel tiempo sensible como una cuerda tensa? ¿Quién nos podría robar este rastro de música? 

Jaume Torrent
Madrid, 16 de noviembre de 1990