Fue maestro de capilla y organista en San Sebastián y Logroño y de 1800 a 1829 ocupó el mismo puesto en Santa María del Coro de la capital guipuzcoana.
Fue autor, sobre todo, de música religiosa, sus misas, vísperas, villancicos y oficios de difuntos fueron muy conocidos en el norte de España mientras vivió, aunque después se olvidaron. Su obra más destacada es una Sonata para teclado, publicada por Joaquín Nin en 1925 que es muy conocida, tanto su versión para piano como en las variadas transcripciones que se han hecho, y que muestra cierta influencia de Haydn y Mozart con un toque español.
En 1802 publicó en San Sebastián el tratado Instrucción metódica, especulativa y práctica para enseñar a cantar y tañer la música moderna y antigua.