Editorial de Música BOILEAU - Since 1913

La Vanguardia 06/04/2006

Boileau, más de un siglo al servicio de la música

Se podría sospechar que la arribada en 1928 del Conservatori Municipal de Música en el chaflán Bruc/València atrajo que el establecimiento Boileau se instalara en su proximidad. Nada menos cierto.

Ya en 1904 el músico y copista Alessio Boileau Bernasconi se había afincado en Barcelona. Fue debido a la propuesta que le hizo la milanesa casa Ricordi en la que él trabajaba querían ampliar el mercado exterior y, ante la propuesta de España o Grecia, el no dudó en lo más mínimo.

A poco de llegar se instaló en Provenza 287, el mismo establecimiento en el que ha permanecido no sólo la tercera generación de la familia, Antonio y Yolanda Guasch, hijos de Elvira Boileau, sino también la cuarta: Àlex Guasch y Marta Aramburu.

Al principio sólo era taller de grabado y estampación de partituras, que en aquel entonces eran mayormente encargos de música religiosa y bailables.

Quizá la ciudad estaba falta de este servicio y el dinamismo de Boileau explica que poco después considerara que el mercado necesitaba también una editorial, que fundó, junto con otros dos socios, y bautizó como Ibèria Musical, especializada en operetas y zarzuelas.

La buena acogida le indujo en 1913 a fundar, para así ampliar el catálogo, la Editorial de Música Boileau, que se dedicó también a libros para la enseñanza; hoy cuenta con más de 4.500 partituras –destacan,por ejemplo, las integrales de la obra pianística de Granados, revisada por de Larrocha, y la vocal de Albéniz–, conjunto que supone el fondo editorial más extenso de España.

Puesto que el amplio local lo permitía y el ambiente lo favorecía, se organizó con toda naturalidad una tertulia por la que desfilaban los Morera, Casals, Apeles Mestres, Pedrell, Lamote, Blancafort o Mompou. E instaló una sala de conciertos, con cabida para un centenar de asistentes, espacio ideal para realzar la publicación de las novedades.

Poco antes de la guerra incivil tuvo efecto la remodelación de la tienda, proyecto que se hizo bajo una acertada inspiración del GATCPAC, racionalismo afinado que cuadraba con las necesidades del cliente. Este conjunto elegante y austero, primorosamente conservado, no pudo ser inaugurado hasta 1939, el día la patrona musical, Santa Cecília.

Al morir en 1948 el fundador, le sucedieron sus hijas Elvira, Mercedes y Rosario Boileau, quienes supieron preservar el prestigio y el patrimonio, lo que permitió, al estar bien encauzado el establecimiento, afrontar los retos quese avecinaban.

Las nuevas tecnologías acabaron por liquidar un grabado artesano de tanto prestigio, que llegó a contar con quince especialistas en esta artesanía manual tan delicada y responsable; tal era su nombradía, que a menudo editores extranjeros, como por ejemplo franceses, les encargaban la ejecución del grabado. Las máquinas de imprimir, en cambio, aún funcionan a pleno rendimiento.

En poco más de un siglo se ha pasado de las pesadas piedras litográficas y las planchas a la informática, pero la editorial Boileau ha sabido adaptarse, sin dejar de mantenerse fiel a la música.