TALTABULL, Cristòfor
Barcelona, 1888 - Barcelona, 1964
Fue un pedagogo musical y compositor catalán. Una de las personalidades musicales más importantes de su tiempo, abrió las puertas al ejercicio de la composición a destacados nombres de la música catalana. Más reconocido como pedagogo que como creador musical, este reconocimiento ha dejado en el olvido obras como Las siete palabras de Cristo en la cruz (1943) basadas en un texto de Félix Castellà y que se erige como una de las grandes obras del catálogo de un compositor que fue clave en el cometido de la reconstrucción de la vida musical en Catalunya tras la Guerra Civil española.
Nació el año en que se inauguró la Exposición Universal de Barcelona. Fue educado por una familia burguesa catalana y cursó estudios generales a los Jesuitas de la calle Caspe de Barcelona. Va Iniciar sus estudios musicales, principalmente pianísticos, en Barcelona, ??con Claudio Martínez y Josep Font (discípulos del maestro Pere Tintorer) y recibió valiosos consejos de Felip Pedrell.
En 1907 estrena sus primeras composiciones en Barcelona y después marcha a Múnich para asistir a clases de análisis, estética y teoría musical con los profesores Wiedermeyer y F. Klose. También estudia en Leipzig con Max Reger, compositor que la influyó y que siempre veneró. En cuanto al piano, aunque no hay constancia de ello, es de suponer que siguió perfeccionándolo ya que se presentó y ganó un primer premio en el concurso anual del conservatorio.
En 1911, después de una breve estancia en Barcelona, ??marcha a París para continuar su formación con André Gedalge, Charles Tournemirei Charles Koechlin.
En 1914 se casa con Lea Masson y se establece en París donde desarrolla su actividad profesional entre la composición, los trabajos de pianista y, también, como arreglista para las editoriales Durand y Salabert.
En 1940, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, vuelve a Barcelona donde se queda definitivamente. Se puede decir que su tierra natal le acogió con cierta indiferencia y, sin duda, con un trato muy alejado del que había sido objeto antes del primer viaje a París, justo cuando se le aclamaba como el "joven modernista" que venía de Alemania y que triunfó en círculos muy concretos.
En tiempos de la posguerra española, no pudo reanudar su actividad musical bastante dignamente y en concordancia con su formación y capacidades. Sólo la dedicación a la pedagogía musical, que ejerció particularmente impartiendo clases en su domicilio, le otorgó un prestigio y reconocimiento que le han convertido en una figura entrañable en el mundo musical.
Un conjunto de alumnos dotados encontraron en Taltabull el maestro que no habían encontrado en los centros oficiales, que les abrió los ojos y los formó tanto como supo.
Algunos de estos discípulos han convertido, años después, algunos de los principales protagonistas de la vida musical catalana de la segunda mitad del siglo XX.
Entre sus discípulos se encuentran los compositores Xavier Benguerel, Joan Guinjoan, Josep Maria Mestres Quadreny, Josep Soler, Salvador Moreno Manzano, etc.
El fondo personal de Cristòfor Taltabull se conserva en la Biblioteca de Catalunya.