Recibió las primeras enseñanzas musicales de Bonaventura Feliu, maestro de capilla de la iglesia de Tàrrega. A la edad de siete años ingresó por oposición en el corazón de la catedral de la Seo de Urgel donde estudió órgano y composición. En 1806 se trasladó a Barcelona, ??donde tuvo por maestros el organista y el maestro de capilla de la catedral, Carles Baguer y Francesc Queralt, respectivamente. Es en Barcelona donde entra en contacto con las óperas de Cimarosa, Paisiello, Guglielmi, Paër, Mayr y Generali, experiencia que le otorgará un amplio conocimiento del repertorio, como posteriormente revelará su obra operística.
La Guerra de la Independencia (1808-1814) le obligó a huir a Mahón, donde trabajó de organista, haga clases de canto y de piano y conoció el austro-alemán Karl-Ernest Cook, discípulo de Mozart. Al volver a Barcelona, ??fue comisionado por la junta de accionistas del Teatro de la Santa Cruz (1815) para que viajara a Italia y contratase la mejor compañía de ópera que pudiera. Carnicer reunió una formación con cantantes como Angelo Cantelli, Loreto García y García, Bassi, Marco Bordogna, dirigida por el maestro y compositor Pietro Generali.
En 1818, y hasta 1820, Carnicer relevó Generali en la dirección del teatro, y se dedicó a la composición. Suya es la apertura escrita para el estreno en Barcelona (1818) de Il barbiere di Siviglia, de Gioacchino Rossini, elogiada por el mismo autor.
Animado por el éxito creciente de sus obras, Carnicer decide quemar su producción anterior -integrada por obras religiosas, himnos patrióticos, canciones, música de banda militar y de baile- y escribir la primera de sus obras de madurez, la ópera Adele di Lusignano, que fue estrenada en el Teatro de la Santa Cruz de Barcelona el 15 de mayo de 1819. en 1820, el compositor realiza su tercer viaje a Italia como empresario del Teatro de la Santa Cruz con su misión otra vez no sólo de buscar cantantes y músicos, sino también partituras de Rossini, Bellini y Donizetti.
La segunda ópera de Carnicer, Elena y Constantino, se estrenó el 16 de junio de 1821, y fue recibida también con gran éxito por el público. En su tercera ópera, Don Giovanni Tenorio, estrenada el 20 de junio de 1822, Carnicer, partiendo de un lenguaje ya claramente rossiniano que es connatural a su propio estilo.
A finales del Trienio Constitucional, y seguramente por sus ideas liberales, públicas y conocidas, Ramon Carnicer y su familia se exiliaron en París (1823), primero, y después en Londres (1826). Años después, al restablecerse el absolutismo, estos ideales le pasaron factura. En estos viajes se dio a conocer como director y compositor. En la capital británica, además de publicar algunas obras importantes de su catálogo como sus Six Spanish Airs, Three Nocturnos, y Il sogno, terzettino Notturno, conoce los artistas españoles que nutrían los círculos liberales londinenses, como el profesor de canto Mariano Rodríguez de Ledesma (1779-1848), el pianista Santiago de Masarnau (1805-1882), el compositor José Melchor Gomis (1791-1836) o los guitarristas Fernan Sors (1780-1839) y Trinidad Huerta (1803-1856).
Justo cuando estaba en Londres, por su llamada, en 1827 recibió el encargo de componer el himno Nacional de Chile, con letra de Bernardo de Vera y Pintado (reemplazada en 1847 por una de Eusebio Lillo, menos anti -española).
Obras de Ramon CARNICER

Obertura (simfonia) per a Il Barbiere di Siviglia (1818)
CARNICER, Ramon
- Orquesta sinfónica
- Reg.: TRI0007